Ansiedad y fobias
La ansiedad puede definirse como un estado de activación psicofísica que predispone a la acción, acompañado de un sentimiento de disforia (desagradable) o de síntomas somáticos de tensión.
Puede tratarse de un estado emocional:
- Normal: constituye una respuesta adaptativa ante determinadas situaciones estresantes cotidianas. Cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias del día a día.
- Patológica: cuando la respuesta adaptativa se da de una manera inadecuada, bien porque la duración o intensidad son desproporcionadas, o porque la amenaza no puede objetivarse, se convierte en una psicopatología. Esto provoca en la persona malestar significativo, con síntomas que afectan tanto al plano físico como al psicológico y conductual.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por la presencia de preocupación, miedo o temor excesivo, activación que provoca un malestar clínicamente significativo y/o un notable deterioro de la actividad del individuo.
La ansiedad patológica es el problema psiquiátrico que con mayor frecuencia ven los médicos de familia, apareciendo en un 12% de los pacientes que acuden a la consulta. Se trata de un problema de salud común, generalmente crónico, que causa considerable morbilidad y mala calidad de vida y que, con frecuencia, no es reconocido ni tratado, a pesar de que existen intervenciones efectivas para tratarlo.
Encontramos, entre otros trastornos:
- Fobias Específicas
- Fobia Social
- Agorafobia
- Trastorno de Pánico
- Ansiedad Generalizada (TAG)
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Son muy comunes y afectan al 5-10% de la población. La relación mujeres – hombres es de aproximadamente 2:1, aunque la relación se acerca a 1:1 para miedo a la sangre, inyecciones o lesiones.
¿Cuáles son las características que convierten el temor en fobia?
- Que sea desproporcionado
- Inexplicablemente irracional
- Fuera del control voluntario
- De evitación
Las más frecuentes son las fobias a animales, tormentas, alturas, enfermedades, heridas y muerte.
Los síntomas:
- Molestia desproporcionada ante la amenaza del objeto temido.
- Sudoración.
- Control motor deficiente.
- Ritmo cardíaco rápido.
- La persona llega a evitar situaciones en las cuales se puede presentar contacto con el objeto o situación que provoca el miedo. Este tipo de evasión puede interferir con el trabajo y la interacción social.
- Puede presentarse sensación de debilidad, cobardía y pérdida de autoestima al evitar el objeto de la fobia.
El inicio es a la edad media de 15 años. De la poca información que se conoce, en general persiste durante la edad adulta. El pronóstico es variable, y en cualquier caso, está afectado por las consecuencias asociadas a la fobia.
Existen pocos datos sobre el pronóstico, ya que la mayoría de los pacientes con este tipo de trastorno NO consultan a los profesionales para su tratamiento.