Autoestima y Asertividad
Son dos variables altamente relacionadas. Aunque es una simplificación la siguiente afirmación es una forma clara de entender está unión entre ambos conceptos: una persona con capacidad asertiva, es una persona con una autoestima saludable.
El significado primordial de la autoestima es la confianza en la eficacia de la propia mente, en la capacidad de pensar, de tomar decisiones de vida y de búsqueda de la felicidad.
Nathaniel Branden, psicoterapeuta canadiense, da la siguiente definición de autoestima:
“La autoestima, plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias. Más concretamente, podemos decir que la autoestima es lo siguiente:
Encontramos, entre otros trastornos:
- La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida.
- La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos.”
Hay muchos factores que nos llevan a tener una autoestima débil. En terapia se genera el marco ideal para poder ver esos factores, y solventar los problemas que nuestras experiencias nos han llevado a no creer en nuestras capacidades.
Definiciones de asertividad hay muchas. Una de las más sencillas y a la vez mas clara, es que la asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás.
La asertividad es una habilidad y como toda competencia puede aprenderse.
¿Quién se puede negar a ofrecer respeto y pedirlo? ¿A dirigir las decisiones con base en los derechos que todos tenemos? ¿A no someterse, ni someter?