CONTROL DE LOS IMPULSOS COMO TRASTORNO
Trastornos del control de los impulsos: los síntomas esenciales son el fracaso en resistir el impulso, deseo o tentación de llevar a cabo algún acto que es dañino para el propio sujeto o para los demás. Esto además, causa una sensación creciente de tensión o activación en el individuo antes de llevarlo a cabo.
Cuando se realiza la acción el individuo siente placer, gratificación o liberación, sin embargo, después puede haber sentimientos de pena, culpa, autorreproche, etc.
Entre los trastornos del control de los impulsos se encuentran: el trastorno explosivo (caracterizado por episodios de pérdida de control de los impulsos agresivos dando lugar a actos violentos sin ser la agresividad manifestada proporcional al motivo desencadenante), la cleptomanía, el juego patológico, la piromanía, y la tricotilomanía.
El tratamiento en los trastornos del control de los impulsos pretende que la persona aprenda a controlar los impulsos que le llevan a perjudicarse a sí misma y a los demás y tratar posibles áreas funcionales que hayan podido quedar afectadas. Se ha comprobado la efectividad de combinar técnicas psicoterapéuticas de autoobservación, autocontrol, terapia cognitiva, y tratamiento farmacológico.
